
«Nos conocimos un domingo de abril, en una cafetería, pastelería de Madrid».
«Tiempo después me pidió matrimonio en la última planta de la Torre Eiffel, un día de verano lluvioso».
«Escogí un vestido largo palabra de honor con drapeado hasta la cadera y escote en forma de corazón, en tafeta zenit y tul bordado color blanco natural y de cola de un metro de longitud. El velo estaba elaborado en tul bordado con encaje en el borde elaborado por Pronovias«.
«La peluquería en la que confié el arreglo de mi pelo fue Peter Mark y el maquillaje fue realizado por una gran amiga profesional de la cosmética de Chanel. En todo momento buscaba que tanto el peinado como el maquillaje transmitiera un toque clásico pero elegante con el cual me sintiera identificada con mi estilo clásico».
«Los pendientes eran de Swarovski longitud media, y el anillo elaborado en oro amarillo; línea clásica con un pequeño y discreto diamante de Tiffany’s».
«Para mi ramo se utilizó flor blanca con pequeños detalles en brillantes y fue realizado por conocidos de mi esposo especialistas en flores».
«Nos casamos en la Iglesia Unitarian en St. Stephens Green-Dublín-Irlanda».
«Una vez concluida la ceremonia, nos trasladamos al histórico hotel The Shelbourne-Renaissance-Marriott».
«El ramo fue lanzado al grupo y la afortunada fue la hija mayor de una amigo».
«Como omentos especiales de la celebración recuerdo con gran cariño, las felicitaciones recibidas por parte de los invitados en el momento que salimos de la iglesia, También el paseo a través de Parque St. Stephens Green y el momento del baile».
«Las fotografías fueron elaboradas por Tus Dulces Fotos, algunas en blanco y negro ya que la idea era transmitir un toque “vintage” y romántico , estilo con el cual nos identificamos y fotos fueron hechas en color ya que era importante matizar algunos colores que predominaban en la imagen y que considerábamos eran primordiales».
«Cuando vimos las fotos por primera vez, fue emocionante porque las fotografías transmitían el amor y nos costaba entender que todas las imágenes que veíamos éramos nosotros mismo y había sido reales».